jueves, 5 de marzo de 2015

Poesia Iberoamricana





1920 - 1930.

CHILE.
VICENTE HUIDOBRO.
El Creacionismo.
ARTE POÉTICA.

Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando;
Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.

Inventa mundos nuevos y cuida tus palabras 
El adjetivo, cuando no da vida, mata.

Estamos en el cielo de los nervios
El músculo cuelga,
Como recuerdo, en los museos;
    Mas no por eso tenemos menos fuerzas
    El vigor verdadero
    Reside en la cabeza.

    Por qué cantéis la rosa, ¡oh Poetas!
   Hacedla florecer en el poema;

   Sólo para nosotros
   Viven todas las cosas bajo el sol.

   El poeta es un pequeño Dios.

El Surrealismo:
PABLO NERUDA.
ARTE POÉTICA.
Entre sombra y espacio, entre guarniciones y doncellas,
dotado de corazón singular y sueños funestos,
precipitadamente pálido, marchito en la fuente
y con luto de viudo furioso por cada día de vida,
ay, para cada agua invisible que bebo soñolientamente
y de todo sonido que acojo temblando,
tengo la misma sed ausente y la misma fiebre fría,
con oído que nace, una angustia indirecta,
como sí llegaran ladrones o fantasmas,
y en una cáscara de extensión fija y profunda,
como un camarero humillado, como una campana un poco ronca,
como un espejo viejo, como un olor de casa sola
en la que los huéspedes entran de noche perdidamente ebrios,
y hay un olor de ropa tirada al suelo, y una ausencia de flores
-posiblemente de otro modo aún menos melancólico-,
pero, la verdad, de pronto, el viento que azota mi pecho,
las noches de substancia infinita caídas en mi dormitorio,
el ruido de un día que arde con sacrificio
me piden lo profético que hay en mí, con melancolía,
y un golpe de objetos que llaman sin ser respondidos hay, y un movimiento sin tregua, y un nombre [confuso.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Poetisas de hoy














Poetas españoles


La relación entre estos dos genios se dio, con altibajos, entre 1923 y 1936, y dio pie, colaboraciones artísticas aparte, a un intenso epistolario, una particular conversación iniciada en 1925 y que, por vez primera, puede leerse en su conjunto en Querido Salvador, Querido Lorquito (Elba), gracias a la labor del periodista Víctor Fernández.